La delgada línea verde.

Hablar de ecología y marketing en una misma frase pareciera algo agarrado de los pelos. Si pensamos que la ecología es la materia que estudia cómo conservar a los seres vivos y los ecosistemas, puede entonces resultar extraño que vaya de la mano del marketing y su íntima relación con el consumo e intercambio de bienes y servicios.

La pregunta sería si es correcto pensar en una relación entre ecología y consumo. El consumo implica usar, gastar y desechar lo que ya no sirva para satisfacer necesidades. El más radical de los ecologistas me diría que ni loco podrían tener relación ambos conceptos, pero la gran mayoría de los habitantes de las sociedades de consumo defenderían la relación.

Mi respuesta como comunicador y publicitario y como defensor del medio ambiente, la ecología y el desarrollo sustentable es que creo que debemos/podemos llegar a un punto intermedio, un equilibrio. ¿Cuál sería? Muy simple. No podemos dejar de consumir (no de manera inmediata), pero sí podemos consumir de manera inteligente y responsable reduciendo, eligiendo y priorizando los productos que de alguna u otra manera colaboren a preservar el medio ambiente (o por lo menos no lo contaminen tanto).

Esa posibilidad de elección, por ejemplo, nos da la libertad, el derecho y la obligación de exigir a las marcas y productos que cambien los procesos de utilización de la materia prima, producción, transporte, comercialización.

Estamos ante la imperiosa necesidad de empezar a hacer las cosas bien. Pero para ello debemos cambiar nuestros hábitos de consumo como ciudadanos y como habitantes del mismo planeta. 

1 comentario:

  1. Muy interesante la nota, y la invitación hacia la reflexión. Recomendable en este sentido la lactura del libro "Inteligencia ecologica", de Daniel Goleman.

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